Causas de la demencia
La demencia puede estar producida por diferentes causas. En
todos los casos, implica un daño de las células cerebrales. Este daño puede ser
'interno' o 'externo'.
En el caso de la
enfermedad de Alzheimer, se trata de un daño interno: los cambios afectan de
forma selectiva a las células cerebrales, impidiéndolas funcionar. Y finalmente
se produce la muerte de estas células.
Un posible daño
externo puede ser la falta de oxígeno. Este puede ser el caso cuando se produce
un endurecimiento de los vasos sanguíneos del cerebro. En algunas ocasiones,
esto tiene lugar en diferentes lugares del cerebro. Esta condición se conoce
con el nombre de demencia multi-infarto o vascular.
Otras formas poco frecuentes de demencia son: demencia
frontotemporal, demencia con cuerpos de Lewy difusos, demencia asociada con
Parkinson
También existen enfermedades de todo tipo en las que la
demencia constituye uno de sus síntomas. Por ejemplo, mal funcionamiento de la
glándula tiroides, deficiencias vitamínicas graves, trastornos genéticos poco
frecuentes como la Corea de Huntington, infecciones cerebrales como ocurre con
el SIDA, aumento de líquido cefalorraquídeo y neoplasias cerebrales como la
diseminación del cáncer de pulmón o de mama.
Enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de
demencia: alrededor del 60% de todos los pacientes con demencia padecen la
enfermedad de Alzheimer. En estos casos, se producen con frecuencia una serie
de cambios en las células cerebrales, que impiden el correcto funcionamiento de
las mismas. Finalmente, estas células cerebrales mueren. Este proceso avanza
gradualmente afectando a un número creciente de células cerebrales. Resultan
sobre todo afectadas las células de cierta parte del cerebro, la corteza (la
parte exterior). Esta región del cerebro es la que usamos para pensar.
La causa de la enfermedad de Alzheimer es todavía
desconocida.
La enfermedad suele comenzar con una alteración de la
memoria a corto plazo: la persona afectada olvida las citas, no recuerda quién
le visitó el día anterior ni lo que comió. Luego, comienza a tener dificultades
para continuar con ciertas tareas y actividades, problemas de lenguaje,
dificultad para realizar cálculos, para vestirse, etc. Desde que aparecen los
síntomas más tempranos de la enfermedad hasta el fallecimiento pueden
transcurrir entre 5 y 10 años, aproximadamente.
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