Genética
Se denomina Genética al estudio científico de cómo se
trasmiten los caracteres físicos, bioquímicos y de comportamiento de padres a
hijos. Este término fue acuñado en 1906 por el biólogo británico William
Bateson.
Los genetistas estudian los mecanismos hereditarios en
organismos que se reproducen de forma sexual,
y determinan semejanzas, diferencias y similitudes entre padres e hijos
que se reproducen de generación en generación según determinados patrones. La
investigación de estos últimos ha dado lugar a algunos de los descubrimientos
más importantes de la biología moderna.
La ciencia de la genética nació en 1900, cuando varios
investigadores de la reproducción de las plantas descubrieron el trabajo del
monje austriaco Gregor Mendel, que aunque fue publicado en 1866 había sido
ignorado en la práctica.
Mendel, que trabajó con la planta del guisante (chícharo o
arveja), describió los patrones de la herencia en función de siete pares de
rasgos contrastantes que aparecían en siete variedades diferentes de esta
planta. Observó que los caracteres se heredaban como unidades separadas, y cada
una de ellas lo hacía de forma independiente con respecto a las otras. Señaló
que cada progenitor tiene pares de unidades, pero que sólo aporta una unidad de
cada pareja a su descendiente. Más tarde, las unidades descritas por Mendel
recibieron el nombre de genes.
Poco después del redescubrimiento de los trabajos de Mendel,
los científicos se dieron cuenta de que los patrones hereditarios que él había
descrito eran comparables a la acción de los cromosomas en las células en
división, y sugirieron que las unidades mendelianas de la herencia, los genes,
se localizaban en los cromosomas. Ello condujo a un estudio profundo de la
división celular.
Los cromosomas varían en forma y tamaño y, por lo general,
se presentan en parejas. Los miembros de cada pareja, llamados cromosomas
homólogos, tienen un estrecho parecido entre sí. La mayoría de las células del
cuerpo humano contienen 23 pares de cromosomas.
Los organismos superiores que se reproducen de forma sexual
se forman a partir de la unión de dos células sexuales especiales denominadas
gametos.
La unión de los gametos combina dos conjuntos de genes, uno
de cada progenitor. Por lo tanto, cada gen —es decir, cada posición específica
sobre un cromosoma que afecta a un carácter particular— está representado por
dos copias, una procedente de la madre y otra del padre.
Rara vez la acción de los genes es cuestión de un gen
aislado que controla un solo carácter. Con frecuencia un gen puede controlar
más de un carácter, y un carácter puede depender de muchos genes.
Los caracteres que se expresan como variaciones en cantidad
o extensión, como el peso, la talla o el grado de pigmentación, suelen depender
de muchos genes, así como de las influencias del medio.
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